Vietnam

A nuestra llegada a Hanoi casi se me niega la entrada al pais debido al simple hecho de que, al entregar mi pasaporte (pasado por agua anteriormente) al oficial de aduanas, me quede sosteniendo la cubierta mientras el, atonito, se llevaba las paginas interiores.. Tras unos largos y ansiosos minutos en los que el oficial y su supervisor me examinaban de forma sospechosa, finalmente me dejaron pasar senalandome con el dedo y chapurreando "no good, no good".. Con idea de ahorrar un poquito, optamos por un autobus Vietnamita en lugar de los miniautobuses preparados para turistas.. Tras literalmente subir al autobus de un salto, pues se marchaba con Lyndon dentro, abandonandome a mi en el aeropuerto, descubrimos que no iba en la direccion esperada.. (lo que fue dificil, pues nadie hablaba ingles). Tras dos intentos de abrirnos camino entre la multitud hacia la puerta de salida, conseguimos bajar del autobus en marcha y coger un taxi, que resulto ser absurdamente caro.. Con lo que logicamente la idea del ahorro no salio tal y como esperado..
La ciudad de Hanoi es un laberinto de estrechisimas calles en las que miles de motoristas zigzaguean a los pobres peatones, quienes desafian su suerte intentando cruzar de acera..

Los "comederos" de la zona consisten en diminutas sillas y mesas de plastico esparcidas por las aceras en las que los vietnamitan disfrutan de "noodles" con TODO tipo de carne.. Queriendo vivier la experienca un poco mas de cerca, decidimos probar uno de ellos y acabamos siendo cebados por una bruja psicotica y mellada que procedio a cobrarnos una barbaridad....