El Infernal Abel Tasman

Habiendo desarrollado una inexplicable pasion por las largas, insoportables y dolorosas caminatas nos embarcamos en una de dos dias de durada en el parque nacional Abel Tasman. Para reducir gastos y estar a la altura de nuestro nuevo aventuroso estilo de vida decidimos acampar, lo que significaba tener que cargar (Lyndon) con ropa, tienda de campana y equipo de cocina..

Tras tan solo un par de horas de camino nos (Lyndon) dimos cuenta que las 8 horas previstas del primer dia no iban a ser tan agradables como esperabamos debido al exceso de peso de las mochilas que llevabamos (Lyndon) a la espalda.

No obstante, logramos llegar a destino.. donde nos dimos cuenta que desgraciadamente nos habiamos olvidado el tapon de la colchoneta que utilizamos de cama, que ademas resultaba ser la cosa mas pesada que (Lyndon) llevabamos con nosotros.

Tras maldecir nuestro olvido durante un largo rato nos preparamos para la noche mas fria e incomoda que nunca antes hemos pasado...

Aun asi, y aun con las incesables quejas de Lyndon (llorica!) yo me muero por hacer una caminata aun mas vigorosa, pues las vistas que pudimos contemplar de camino fueron realmente espectaculares y realmente valian el esfuerzo (las ampollas en los pies, el dolor de espalda de Lyndon, las miles de picaduras de insectos, las dolorosas agujetas...)